De los comienzos con la música

Comencé tocando allá por el año 1995 con una batería que estaba en casa de mi abuelo en mi pueblo natal, y a la que le faltaba el timbal base (o «goliat» como le llaman algunos) porque alguien lo habí­a usado para un coro rociero, o de una iglesia o algo así…. Solo contaba con un bombo, una caja, un charles y un timbal con el soporte roto, así­ es que usaba un ladrillo para sujetarlo.

Mi hermano tení­a un amplificador hecho por mi padre, y una guitarra de los años 60 también de mi padre, que tocaba en una banda en la que hacían versiónes de los beatles, de los rolling stones etc. llamada The SeaGull y que acabó degenerando en Los Sigal. Hemos conservado la guitarra hasta hace poco cuando mi padre la metió en una de esas «Cajas del tiempo», esperando que dentro de mucho la abramos y volvamos a tocarla, bueno no creo que quisiera eso, porque en realidad la ha cubierto de tierra en el agujero más profundo de una fosa jejje… pero eso no es muy poético ni bonito xD. El amplificador está en manos del amigo Karlos, muerto de risa.

Cuando empezamos mi hermano y yo, era la época del primer disco de Nirvana y de los Rage Against The Machine, que como aún no eran demasiado conocidos (el éxito les llegaría bastante después) eran mis grupos preferidos. Hasta el momento habí­a escuchado poco rock, y con esos grupos empecé a interesarme.

Nos hicimos con los instrumentos, y empezamos mi hermano Pipe y yo a tocar en el sótano de mi casa. A todas horas las mismas notas, los mismos golpes y las mismas canciones, Éramos unos cansinos, pero así­ llegaba el comienzo de nuestro más apreciado hobby, el que mas nos gusta a mi hermano y a mi, la música.

Intentamos convencer a algunos de nuestros amigos para que vinieran a tocar con nosotros y montar un grupo consiguiendolo en algunos casos y asÃí, se unieron Karlos y Rafa y llamamos al grupo… Radikales Alcohólicos… Wow!! que Jevis y que malos éramos!! xD. Bueno, más que jevis, eramos nirvaneros, rock alternativo de la época, pero eramos aún muy malos.

Aún no habíamos dado ningún concierto cuando un buen dí­a un grupo que conocí­amos me pidieron que les hechára una mano para tocar en la sala Millenium de la Calle Alfaros de Córdoba, y esa fué mi primera actuación en directo. Me prestaron una batería muy fea y muy mala y aprendí incluso la técnica doble charles (je je je.. que malo) exclusivamente para un tema (Tocar el cielo). El grupo se llamaba Sutiles y tocaban Jorge Galadí, Nacho Donnay y Diego Gómez. Tenían varios temas muy buenos de pop y rock de los 70 y blues, mucho blues y rhythm and blues. Estuve con ellos mucho tiempo, y a la vez con mi hermano, con Rafa y con Karlos, o sea que aprendí a marchas forzadas, puesto que desde el viernes por la tarde, el sabado por la mañana, por la tarde y el domingo también, se alternaban los grupos, menos yo que tocaba la baterí­a en ambos.

Aprendí­ mucho y toqué mucho pero solo llegué a ganar una fase de La muestra pop rockera (un concurso que el Ayuntamiento organizaba y suprimió sin razón alguna), dí­ algúnos conciertos en sitios inimaginables para mí y grabé en el estudio semi profesional de Paco Records una maqueta con Sutiles. Los grupos se deshicieron, se volvieron a hacer, y volvieron a volver, pero todo eso es una historia muy larga que iré contando más tranquí­lamente.

He tocado con mucha gente de la que tengo muy buenos recuerdos como Carlos Míguez, Raúl, Jorge, Diego, Antoñete etc. pero al final los únicos que continuamos con el rock & roll (en mi casa… jijiji) somos mi hermano Pipe, Karlos Kabanillas, Sergio Gómez y yo. Pardao es el nombre de mi grupo actual, y ahora me lo tomo con más calma, pero no con menos intensidad ni menos gana. Cuando estás tocando y las cosas suenan sientes que no hay otra cosa, que alguien te escucha, le gusta lo que haces, le llena la música como a ti, siente lo que tu sientes y además te admira por expresarte de esa forma. Si además eso ocurre en un concierto entonces es el éxtasis total (…jejeje).